Es inadmisible que dirigentes políticos populares nos propongan semejante falsa opción.El dilema real, en que no podemos elegir, es desarrollarnos sustentablemente con un Proyecto Nacional basado en un nuevo Contrato Social o morir como Nación soberana.
Las excusas para ofrecernos como “menos mala” la muerte lenta, referidas a “la relación de fuerzas” o “la falta de conciencia en el pueblo”, son expresiones de una política que lleva ya casi 40 años de democracia fallida.
La relación de fuerzas y la conciencia militante del movimiento popular no son frutos de la naturaleza, sino que son el producto de la conducta política de los dirigentes.La militancia polìtica debe admitir autocríticamente que el saldo de cuatro décadas de una democracia fallida ha sido la destrucción de las fuerzas del pueblo y la generación de la apatía política y el descreimiento popular hacia “la clase política”, que es vista como unos individuos corruptos que van a los cargos públicos para enriquecerse ilegalmente, acompañados por otros individuos incapaces que llenan cargos para cobrar sueldazos por lo que no saben hacer.
Es una falsa opción decir que “si rechazamos el acuerdo con el FMI nos caerá una catástrofe” y que “si aceptamos el menos malo de los acuerdos, sufriremos pero nos salvamos”.
La grave realidad es que será tan catastrófico el mero default sin proyecto alternativo como la firma del vasallaje matando el proyecto de una nación soberana.
Mario Firmenich
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