septiembre 14, 2025

La Voz del Grito

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Con Cristina alcanza-Por Ezequiel Arauz*

Municipio_Quilmes_2021

 

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Sin ser especialistas – ni por asomo –  y desconociendo matices locales, nos animamos a afirmar: los resultados en Brasil vuelven a mostrar que en nuestra región en cada elección queda claro que hay dos proyectos contrapuestos que acaparan la mayoría abrumadora de las voluntades electorales. Es importante poner sobre la mesa los liderazgos que representan mas ampliamente cada uno de esos proyectos. 

A un lado, espacios conservadores, de derecha, de centro derecha, liberales y neoliberales, populistas de derecha o antipopulista, con fuerte anclaje en la idea de orden y la lliberalizacion del mercado, de estilo difusamente Trumpista y, por otro,  un arco progresista; de vocación e identificación popular; de centro izquierda; (peronista en nuestro país); populista de izquierda, democrático, redistribucionista a grandes rasgos, identificado en la región con los gobiernos y líderes de la década ganada: Néstor, Chávez, Evo, Lula, Cristina, Mujica, Correa, etc. 

Por lógica, cada una de esas propuestas se expresan localmente con diferentes grados de radicalidad y con cuestiones, limitaciones, potencialidades y tradiciones propias de cada país y cada etapa.  

BRASIL A BALOTAJE 

El gobierno de Bolsonaro no fue bueno en el plano económico para las mayorías: triplicó la pobreza,  finaliza su mandato con niveles de inflación elevados en los parámetros habituales de aquel país. El manejo de la pandemia no estuvo entre los mejores y sin embargo, el actual presidente brasileño acaba de hacer una excelente primera vuelta, obteniendo más de cuatro de cada diez votos. 

Poniéndonos lejos de los análisis de “horror” cultural, que también son válidos y justificados  – el personaje en cuestión lo justifica largamente – , es claro que Bolsonaro representa políticamente a la mitad o poco menos del enorme país hermano. Y eso es un dato que no pude guardarse debajo de ninguna alfombra progresista, por buena que sea la intención. Habla también de la incapacidad de nuestras democracias y gobiernos de dar respuestas concretas y eficaces a los problemas de nuestro pueblo. Esa “insatisfacción democrática” de la que habló no hace tanto Cristina en un discurso en el norte grande. 

Pero en realidad nos interesa ir por otro lado. Afirmamos que las elecciones en Brasil muestran, como lo mostraran las argentinas de 2015, que hay cuestiones ideológicas que explican el caudal de voto a un lado y otro de la grieta. También Bolsonaro – cómo Trump en EEUU – expresan una ideología clara y concreta. Existente. Y esa ideología es lo que se contrapone a quienes votaron, en mayoría –  aun escasamente insuficiente para la victoria en primera vuelta – a Lula. 

En ese esquema, no hay espacio ni chance real para copias. Tampoco para versiones dietéticas ni existen veredas del medio convocantes. El que gane en la definitiva segunda vuelta del 30 de octubre – y uno espera que sea el dirigente del PT – seguramente ganara por poco y el país vecino seguirá prácticamente partido a la mitad.

SI EL PUEBLO QUIERE 

En Argentina, que conocemos un poco más, hay sectores del campo popular que insisten en cuestionar la figura de CFK a la que se le exigen cuestiones que nadie hace ni garantiza para sí. Los cuestionamientos, entre otros elementos, hicieron que en 2019 tomara fuerza la idea de optar por un candidato moderado como Alberto Fernández, que ganó bien, y que en base a esa moderación gobernó. Y el Frente de Todxs dejo de ser mayoría electoral – pandemia y decisiones de gestión erráticas mediante – solo dos años más tarde. 

Nadie está poniendo en duda el acierto en la conformación y la impronta inicial del FdT. Es una obviedad que un frente lo más amplio posible tiene mayores posibles de obtener una victoria en las urnas. En cambio, a la hora del análisis y los balances actuales, si cabe cuestionar la dirección posterior tomada. La pregunta de fondo, creemos, es quien conduce cada coalición. No tanto hacia atrás, (donde solo vamos aquí que esa idea de conducción fue puesta en duda zonzamente a la interna del FdT). Sostenemos con énfasis en cambio que es necesario construir las mejores condiciones para que quien conduce sea quien encabece. En 2023.   

«Si el pueblo quiere Cristina puede» dice una consigna nacida antes del intento de asesinato contra Cristina, cuando se empezaba a constatar que no había berreta fiscal estrella fugaz que pudiera borrar el liderazgo de Cristina y la constatación de que su gobierno y el de Néstor todo el mundo vivía mejor que ahora. No hay índice social oficial que no lo ratifique y el justicialismo no está en posición de esconderse frente a esa realidad.   

Esa frase/consigna se contrapone a la máxima que signó el camino a 2019 «Con Cristina no alcanza, sin Cristina no se puede». Quizás en esa concepción estuvo el problema. Porque ordenó los factores al revés, y desbalanceo la importancia entre quienes en algún momento habían priorizado sus ambiciones particulares y la de sus grupos políticos y de influencia,  poniéndolos por sobre el liderazgo popular de Cristina y por sobre las necesidades del conjunto que, a falta de un año para las elecciones presidenciales, son cada vez más acuciantes. Estamos a tiempo. 

*Concejal, FPG, ATENEO NK