La Tristísima Trinidad en Argentina.“La educación es la base de la democracia…”- Matías Guaycochea *

Hace unos días atrás el rector de la Universidad de Buenos Aires, Emiliano Yacobitti, desafío a través de comentarios, a la sociedad para que despierte. Dijo que era incompatible votar a Milei y estudiar en la universidad pública».

Todo el desfinanciamiento a lo público era, fue y será algo con que los argentinos venimos en loop desde hace ya varios años y se aceleran en momentos donde al estado lo gerencian en vez de administrar. La idea de pensar la educación como un derecho se forjo en estas pampas en 1880 a través de la Ley 1420; un proceso que llevo al debate educativo por fuera del sistema colonial. Para que esto funcione como tal el Estado nacional, a través del giro de los fondos a los estados provinciales y municipales, garantizan la gratuidad de la educación de los niveles inicial, primario, secundario y universitario. Pero como en toda sociedad surgen inconsistencias o contradicciones.

En una encuesta realizada hace poco un dato llamo mi atención. La mitad de los encuestados cree que sistema educativo argentino va a empeorar en el futuro y si un argentino quisiera hacer la trayectoria educacional percibida como ideal, iría a una escuela primaria pública o privada, se aseguraría que su escuela secundaria fuera privada y terminaría en una universidad pública. Esto no es algo al azar, mucho menos ambiguo. Existe un correlato, que les sirve a los sectores autopersibidos o aspiracionales de clase alternas, como un cliché, que: la educación pública inicial e intermedia es mala, los maestros y profesores hacen huelgas, los colegios no tienen lo necesario, etc, pero al momento de estudiar una carrera de grado la UBA sigue siendo la mejor opción. Otra vez. Ni al azar ni ambiguo. En Argentina la introducción a las formas de privatización en los sistemas educativos públicos toma la conducta de la Tristísima Trinidad.

La mayoría de esos cambios conceptuales a la forma de razonar la educación pública son consecuencia de una política deliberada, a menudo bajo el lema de la “reforma educativa”, y sus efectos pueden ser de muy amplio alcance, no solo en cuanto a la educación de los alumnos si no también luego de completar sus estudios. En muchos países en desarrollo las tendencias de la privatización son especialmente características de los nuevos proyectos de educación adoptados, muchas veces con la financiación del Banco Mundial o de la ayuda internacional. La relación entre esos proyectos específicos y los servicios de educación general existentes no está del todo clara, ni tampoco es evidente cómo la privatización podría transferirse de un modelo a otro. En los casos en que están implicadas ONG u organizaciones privadas en cuanto a la provisión de la educación como parte de los proyectos financiados a través de préstamos del Banco Mundial en los países en desarrollo, muchas veces no se sabe bien quiénes son esos proveedores ni cómo se definen las condiciones de su participación en el proceso. Un ejemplo claro de esto para orientar definitivamente la razón de este artículo. La Universidad de Rosario [como tantas otras universidades nacionales] reciben de manera constante y creciente la financiación de entidades privadas para el desarrollo de infraestructura, bienes y servicios.

Esto está dando pie a que las empresas transnacionales muden sus clúster a las universidades públicas. Estas incubadoras, como suele llamarse, tienen objetivos claros. Pretender quedarse con lo más importante de todo el ciclo educativo. El alumno. SF500 en un fondo económico entre la provincia de Sta Fe con Bioceres. Donde su verticalidad educativa-productiva se basa en: neutralidad de carbono, biomateriales, agricultura regenerativa, alimentos funcionales, diagnóstico, salud, bienestar y herramientas biotecnológicas.

¿Cómo es la gestión? Simple, lo sacamos de su respectiva página de presentación: SF500 está liderado por profesionales con un amplio recorrido en el armado de startups científicas-tecnológicas, en la integración de agendas público-privadas y en la operatividad de nuevos negocios de ciencias de la vida. Bioceres S.A será la encargada de hacer el proceso de selección de propuestas y creación de empresas. El comité de selección de SF500 será el responsable de aprobar las inversiones presentadas y estará conformado por los inversores. Un pulpo con tentáculos verdes.

Es por eso que un nuevo reordenamiento educacional, con principios y valores que realcen el sentido de Nación y Patria es inminente en el mundo de hoy. La educación pública debe hacer las modificaciones en las formas y modalidades del Estado moderno, esto es, en cuanto a cómo realiza sus actuaciones y alcanza sus objetivos, los cambios en el proceso político y los nuevos métodos aplicados para gobernar a la sociedad. El factor fundacional es y será siempre la educación. Para eso la educación pública debe ser entendida como la principal benefactora de la sociedad argentina y no de las grandes compañías transnacionales. La relación entre el Estado, los organismos de financiación pública y empresas es una Tristísima Trinidad. Socavada desde los cimientos por los capitales foráneos con un solo objetivo. Irrumpir en todo intento de soberanía de los pueblos libres. Solo como recordatorio: Bioceres es de Sigman/Gold, Raquel Chan bioquímica por la Universidad Nacional de Rosario, la patente del HB4 es comercializada por los primeros. El vínculo de Bioceres con el sistema científico nacional fue, entre 2005-2014, a través de instrumentos de financiamiento estatales. La empresa recibió Aportes No Reembolsables (provenientes del Fondo Tecnológico Argentino FONTAR de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica) en diversas oportunidades (el primero en el año 2005, dos en el año 2006 y entre siete y diez anuales entre 2008-2014). Además Bioceres conformó tres consorcios público-privados vinculados al desarrollo de agrobiotecnología.
*Matias Guaycochea Encuentro Cultural Latinoamericano