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Se repite- por *Matias Guaycochea

Municipio_Quilmes_2021

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Lo que intenta expresar el termino Tristísima Trinidad es el resultado de como lo Estatal y los organismos de financiación pública le juegan al privado. Lo primero que se me ocurre pensar es si realmente aquellos organismos de financiación pública es también el Estado. Parece obvio. Pero no. Lo era. Hoy, no lo es más.

A principios de los 90´ había una película que se llamaba “El dia de la marmota” con Bill Murray y Andie MacDowell.

Un meteorólogo se levantaba por la mañana siempre en el mismo día. Hubo algunas parecidas, recuerdo otra con Tom Cruise futurista. Bueno; con CAMMESA pasa lo mismo. Cuantas veces desarrollamos la importancia de este organismo en el proceso de distribución y colocación de energía en el mercado. Miles de veces. Y lo hacemos hasta el cansancio porque es sumamente importante su rol estratégico sobre quiénes y cómo se genera la electricidad y como se distribuye en nuestro país. Es tan compleja su (in) evolución, que cuesta comprender su composición. De ser una sola cosa a fines de la década del 40 a hoy no saber quiénes son realmente los que se benefician, privadamente, de los subsidios que todos pagamos confirma lo que está pasando en la actualidad.

Al caer el martillo privatizador, marca Dromi, sobre un conjunto de organismos estatales; la producción y distribución de la energía eléctrica, culmino con la disgregación total de todos los estudios, proyectos, ejecuciones, explotaciones de centrales eléctricas, medios de transmisión, estaciones transformadoras, las redes de distribución para la venta de energía eléctrica. Además, atención con esto, la compra y venta de energía eléctrica a terceros, sea para sus propias necesidades o a los efectos de su distribución como servicio público, dando preferencia a los organismos de la Nación, provincias o municipios, a las cooperativas y sociedades de economía mixta integradas exclusivamente por el Estado y los usuarios. Fuimos de “a mayor competitividad en el sector privado, mayor eficiencia en el sector público”, al “default energético”, en un pestañar de ojos.

Hoy CAMMESA ofrece trabajo y debe cubrir el puesto de vicepresidencia y mientras los días pasan, Toto Caputto anuncio (blanqueó) a unos 50 ejecutivos del sector energético que el gobierno pagará con un bono una deuda millonaria consolidada en CAMMESA, porque el Estado no pagó los costos de producción y transporte eléctrico durante los últimos cuatro meses. ¿Adónde van esos pagos atrasados? Del Estado a CAMMESSA, de CAMMESA a los privados. Debido a su composición es indudable el juego permanente que se le hace a empresas como las de Bulgheroni. El paquete accionario de CAMMESA es propiedad de las asociaciones que agrupan a los distintos Agentes del MEM en un 80%. El 20% restante está en poder del Estado Nacional, personificado por la Secretaría de Energía, el que asume la representación del interés general y de los consumidores atendidos por los Agentes Distribuidores. Como consecuencia de esta organización institucional, toda la energía eléctrica comercializada se canaliza a través del MEM, dividido en dos segmentos: el Mercado a Término y el Mercado Spot. Los players del mercado eléctrico son las generadoras (térmica, nuclear hidroeléctrica y renovable; y empresas como Central Puerto, Pampa y Enel); transportadoras (Transener y otras) y distribuidoras (Edenor, Edesur y varias provinciales y cooperativas).

El gas, en tanto, tiene a los grandes productores, la mayoría con negocios en Vaca Muerta. Son YPF, Pluspetrol, de Techint; PAE, Pampa Energía, Vista y otras. También hay transportistas (TGN y TGS) y distribuidoras (Metrogas, Naturgy, Camuzzi). Son negocios separados, pero con muchos puntos en común: parte de la generación eléctrica usa gas como insumo central, ambos son mercados con subsidios –que ahora intenta desarmar el Gobierno– y reciben pagos desde CAMMESA y la Secretaría de Energía. A todo esto, se le suman fondos que provienen desde organismos multilaterales de créditos (CAF/BID/BM/FMi/ONU) como de grandes fundaciones creadas para lavar la mutacion de grandes productoras de petróleo extractivistas.

Más que una bolsa de gatos, es un bucle perfecto para dejar de cavar pozos y meter molinos de vientos o fracturar la roca. Hay que nacionalizar completamente este organismo. Control total por parte del Estado. Para eso veamos los artículos 124 y 125 de la Reforma Constitucional. Es urgente. Inminente. No es menor la pelea por CAMMESA. Lo venimos diciendo hace rato.

*Matias Guaycochea ECL.( Encuentro Cultural para la Liberación)